EUROPA
PRESS
25 noviembre
2019
Dieta
epigenética: cómo los genes influyen en nuestros hábitos alimenticios
Conocer los polimorfismos genéticos de
una persona puede llevar a adaptar el consejo nutricional y de ejercicio físico
a la genética personal y predecir el éxito de una posible intervención
dietética, según la nutricionista y doctora en Farmacia, Amil
López Viéitez
Es lo que se conoce como la dieta epigenética, esto es,
aquella que compensa la predisposición de los genes a engordar, al
envejecimiento prematuro y/o a padecer cualquier patología asociada a los
mismos.
Como explica la nutricionista "existen patologías
monogénicas que son controladas por sólo un gen, por lo que el tratamiento es
sencillo, como la celiaquía, la intolerancia a la
lactosa, o la hipercolesterolemia familiar".
Pero son las patologías poligénicas,
es decir, las que implican a muchos genes, las que son más difíciles de tratar,
por lo que "el esfuerzo debe hacerse en la prevención". Ejemplos de
estas patologías son la obesidad, la diabetes tipo 2, la enfermedad
cardiovascular, la hipertensión, osteoporosis, enfermedades neurodegenerativas,
cáncer".
A la hora de prevenir estas enfermedades, continúa López Viéitez, hay que intervenir sobre factores como el estilo
de vida, la dieta, el ejercicio físico o la calidad del sueño, que tienen la
capacidad de "apagar" estos genes causantes de la patología.
Los cambios epigenéticos del ADN
son heredables, pero también reversibles. Por lo que, por una parte, el
ambiente y el estilo de vida son capaces de modular la expresión génica para
mejorar la salud; y, por otra parte, sabiendo la predisposición genética a
engordar, a tener colesterol o un mayor apetito por dulce o hambre emocional,
se puede mejorar el presente y el futuro con una intervención nutricional
personalizada.